lunes, 24 de diciembre de 2007

¿Qué hacer ante el fracaso escolar?

Se dice que un niño o una niña tiene fracaso escolar cuando no alcanza los objetivos propuestos según su edad, maduración y capacidad.
En España el indicador del fracaso escolar se sitúa cercano al treinta por ciento. Esta cifra resulta preocupante y no puede achacarse únicamente a aspectos individuales, sino que debe abarcar también circunstancias sociales, culturales y al propio sistema educativo.
Cuando empiecen a llegar a casa las primeras valoraciones negativas de los estudios, los padres y el profesorado tienen que averiguar qué está pasando.
Las causas del fracaso escolar pueden ser variadas. A veces están relacionadas con problemas físicos: alguna enfermedad, deficiente visión o audición, mala alimentación...
La falta de motivación puede ser otro de los factores que influyan. Quizá en casa los niños no cuentan con el apoyo o con los estímulos necesarios y en la escuela tampoco se ha conseguido despertar el interés por aprender o, al haber clases muy numerosas y heterogéneas, algunos niños no pueden recibir la atención que precisan.
En ocasiones tiene que ver con la capacidad intelectual, bien porque en el niño hay algún tipo de limitación o porque tiene sobredotación y tal vez se aburra en las clases y no trabaje.
También conviene tener en cuenta los aspectos emocionales que pueden imposibilitar que algunos niños lleven sus estudios con normalidad: carencias afectivas, sobreprotección, miedos profundos, inferiorización, hiperactividad...
Por último, hay que analizar si los chicos han incorporado unas técnicas y hábitos de estudio, pues, a veces estudian, pero su esfuerzo no se ve recompensado y se desaniman.
Una vez que se haya encontrado la causa de porqué no va bien en los estudios, es preciso aceptar el problema y que los padres y el profesorado tutor elaboren un plan de actuación conjunta. En dicho plan se fijarán unas metas altas, pero alcanzables y se tratará al niño como capaz de llegar a ellas.
Se procurará crear una serie de condiciones para que el niño incorpore unos hábitos: constancia, voluntad..., pues éstos pueden ayudarle a llegar más lejos que teniendo mucha inteligencia. A lo largo del proceso se le irán reconociendo los avances para que vaya ganando confianza en sí mismo y aumente su autoestima.
Conviene tener claro que para los niños es fundamental sentir que sus padres y profesores les valoran y les quieren por ellos mismos, aunque no vayan bien en los estudios.
Pepe López
Escuela de padres y madres
"Carretera Alta Ribagorza"

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