Esta semana hemos recibido la visita de Pablo, un misionero CAMBONIANO, de Mozambique (África).
Nos contó su experiencia personal, como portador del amor de Dios, en estas tierras lejanas. Su día a día, desde que amanece hasta que se pone el sol, anunciando el reino de Dios, no solo de palabras sino de obras, a ejemplo de Jesús. El trabajo que realiza, defendiendo la dignidad de los niños y mayores, luchando contra la pobreza y colaborando en el desarrollo de los pueblos mediante escuelas, hospitales, comedores y muchas acciones solidarias.
Hablaba de lo apasionante que es su vida, entregada a los demás, de su energía y su amor por todos y que nadie debería quedarse sin conocer, el testimonio de estas personas, de vida entregada a Jesús.
Nos ha invitado a rezar por: las misiones y misioneros y para que haya muchas vocaciones. Además de hacer un pequeño sacrificio, para colaborar económicamente, con las misiones. Y que el dinero que ser recoge, se destina íntegramente a atender las necesidades de los misioneros, que más lo necesitan, en cualquier parte del mundo.
Terminó haciendo entender a los alumnos/as, la estrecha vinculación entre catequesis y misión y que saber amar y seguir a Jesús implica necesariamente, ser misionero.
Desde aquí le animamos y le damos fuerza, para continuar con su misión evangelizadora.
Suerte Pablo.
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