Es el día que llamamos los cristianos “miércoles de ceniza”. Con esta celebración entramos en un tiempo
importante: La cuaresma. Son 40 días para prepararnos a las fiestas de la muerte y la resurrección de Jesús.
¿Cómo podemos prepararnos?
Si tomas en tus manos un poco de ceniza y soplas, verás cómo se desparrama. La Cuaresma es ese tiempo en el que queremos reducira ceniza todo lo que nos impide crecer, vivir gozosamente y fraternalmente.
Podríamos reducir a ceniza lo que nos impide ser amigos, el egoísmo, el mal genio, la tristeza, la pereza, la
falta de amistad, la falta de respeto a los demás… para que esas cenizas que se posan en nuestros corazones y nos impiden ser felices, vuelen y desaparezcan bien lejos.
Y junto a las cenizas, tenemos también en esta
cuaresma, la vida. Si las cenizas son la muerte, lo que no nos hace
crecer, las plantas, la naturaleza, las semillas, el agua… es todo aquello que nos permite crecer, dar fruto,
sembrar, esperar… Por eso tenemos aquí estas plantas, y estos símbolos de vida, de alegría y de esperanza.
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