La
paz no es sólo un día de enero. La paz se trabaja día a día. Todos
nosotros y nosotras trabajamos para convivir en PAZ cada día en nuestros
centros escolares y en nuestras familias.
La paz consiste en derribar los muros de la incomunicación, el aislamiento, el
desprecio y el abandono al que se ven sometidas muchas personas
cercanas a nosotros, en nuestro entorno, en el trabajo, en la calle...
al lado de nuestra casa.
Es posible cambiar el mundo si cada uno de nosotros contribuye desde su realidad
NOS COMPROMETEMOS A:
- Respetar la vida y dignidad de cada persona.
- Rechazar la violencia en todas sus formas: física, sexual, psicológica, económica y social.
- Favorecer la inclusión social: cultivando la generosidad y potenciando la diversidad cultural
- Preservar el planeta, promoviendo un consumo responsable y el equilibrio
de los recursos naturales del mismo.
Y
por último, a PARTICIPAR EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ, contribuyendo
con nuestro trabajo a la convivencia en nuestro centro, en nuestra
familia y en nuestra comunidad, sirviendo de modelo para las
generaciones venideras.
TODOS ESTAMOS LLAMADOS A CAMINAR JUNTOS HACIA LA PAZ
LA PAZ EXISTE DENTRO DE NOSOTROS, JUNTÉMONOS
La
paz existe dentro de nosotros, lo único que tenemos que hacer es
dejarla fluir al exterior. Seamos responsables, seamos parte de la
solución y no del problema.
En este día escolar de la paz y de la no-violencia, los padres del colegio Presentación de María, queremos gritar un SI a la VIDA y lanzaros a todos un mensaje de PAZ.
Son muchos los lugares en los que quisiéramos sembrarla. En primer lugar, en nuestro corazón y luego repartirla al mundo entero.
Jamás habrá paz,
si no aprendemos a resolver conflictos mediante el diálogo y no
mediante la bofetada; si no aceptamos otras opiniones porque no
coinciden con las nuestras; si no dejamos de abusar de nuestro poder; si
no frenamos las situaciones de acoso, de odio, de terrorismo, de racismo….
Por eso vamos a unirnos para, entre todos, derruir los muros de la violencia, del rencor; para asaltar la valla que separa la pobreza y la guerra del bienestar y la PAZ.
Como padres nos gustaría para nuestros hijos un mundo en donde todos los niños y todas las personas podamos reír y no llorar por la muerte de seres queridos víctimas de la violencia. Un mundo en donde todos los niños puedan jugar, correr, crecer, estudiar, y no se mueran por falta de medicinas y alimentos. Un mundo en que todos seamos amigos y no rivales. Imaginamos un mundo en que todos podamos vivir en PAZ porque “hay sitio para todos”.
Sabemos
que la PAZ la podemos conquistar entre todos, cuando tendemos la mano a
quien nos necesita, cuando perdonamos de corazón.
No hay amor sin perdón. No hay perdón sin Paz.
Y hoy, todos juntos elevamos los ojos al cielo, y pedimos a Dios, que oiga nuestro grito en favor de la PAZ. Que a todos nosotros, niños y niñas, jóvenes, hombres y mujeres, nos haga edificadores de la PAZ.